Los cambios que introdujo en Colombia la implementación de una economía solidaria

En la pintoresca ciudad de Ibagué, aproximadamente 1.300 representantes del sector microcomercial de las clases populares, cooperativas y distritos rurales de Colombia se reunieron para celebrar el primer aniversario de la activación del sector solidario en el país.

Este evento marcó el inicio de un cambio significativo en la economía colombiana, impulsado por proyectos de gran envergadura destinados a fortalecer la solidaridad económica.

El anuncio de proyectos transformadores

Durante el evento de fin de año, Mauricio Rodríguez, Jefe del Departamento de Organización Solidaria del Gobierno, anunció con entusiasmo el lanzamiento de proyectos económicos solidarios en once regiones del país. El objetivo es claro: desarrollar 33 proyectos asociativos que fomenten la colaboración entre pequeños comerciantes, cooperativas financieras y diversos grupos de productores.

«Queremos asociaciones de pequeños comerciantes junto a las cooperativas financieras», destacó el presidente Gustavo Petro. Su visión abarca desde pequeños productores de alimentos hasta madres con pequeños negocios y asociaciones de periodistas, todos unidos para obtener beneficios colectivos.

La redefinición de un sector fragmentado

Según Rodríguez, el camino hacia este ambicioso objetivo comenzó con el trabajo en red de cooperativas, microfincas y organizaciones de pequeños productores que antes operaban de manera aislada. «Encontramos un sector completamente fragmentado», señaló Rodríguez, resaltando la necesidad de unir fuerzas para lograr un cambio significativo.

La cooperativa Coosolidaria, representada por John Eduard Hernández, expresó su agradecimiento por participar en la reactivación de procesos cooperativos y solidarios. Hernández señaló que durante décadas, este sector había sido desatendido por el Estado, pero ahora veían una oportunidad bajo el gobierno de cambio liderado por Petro.

Proyectos comunitarios en marcha

Los once grandes proyectos comunitarios, denominados «ciclos» por la Autoridad de Solidaridad, se encuentran distribuidos en regiones pobres del país. Desde el «Ciclo para la Industria, el Comercio y el Turismo» en La Guajira hasta «La Red Solidaria del Café» en Huila, estos proyectos abarcan diversas actividades económicas en comunidades locales.

La iniciativa «ciclo para el turismo y las energías renovables» en la región desértica ecológica de la Tatacoa demuestra la diversidad de enfoques. Otros «ciclos» similares se han puesto en marcha en el departamento amazónico, en la región del Catatumbo, en Buenaventura, en el Pacífico, en el Guaviare y en el Chocó, entre otros.

Enfoque en la construcción de redes y capacitación

Durante el último año, se ha centrado en la construcción de redes, la creación de nuevas cooperativas y la capacitación de los miembros en la gestión de cooperativas y pequeñas empresas. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, informó que alrededor de 770 cooperativas, asociaciones y organizaciones de pequeños empresarios participaron en programas de formación.

«La capacitación nos enseñó muchas cosas que no sabíamos. Aprendemos a organizarnos como cooperativa, la contabilidad, la organización como grupo», expresó un miembro de la «Asociación de Vendedores de Pescados y Mariscos».

El interés en la economía cooperativa ha experimentado un notable aumento. Este año, 3.200 organizaciones participaron en los 59 encuentros locales sobre economía solidaria en todo el país. Este fenómeno refleja un deseo creciente de colaboración y solidaridad entre los diversos sectores de la sociedad colombiana.

Para fomentar aún más la economía solidaria, el gobierno ha implementado medidas como una nueva política de subcontratación pública. La decisión de asignar hasta el 30 por ciento de los contratos públicos a organizaciones comunitarias busca descentralizar el poder económico y promover la colaboración en lugar de la competencia.

Crítica al neoliberalismo: alianza público-comunitaria en acción

La alianza entre los sectores público y comunitario ya está en marcha, con 1.035 convenios entre la Dirección de Caminos y Vías (Invías) y organizaciones comunitarias de 700 municipios. Estos acuerdos buscan la construcción de caminos rurales, conectando aldeas y ciudades comarcales para estimular el desarrollo económico local.

«El mundo se ha olvidado de la palabra solidaridad», lamenta Petro. Su visión va más allá de las fronteras nacionales, destacando la importancia de la colaboración global en un mundo que, según él, ha perdido de vista los valores fundamentales de la humanidad.

Petro critica la economía neoliberal, donde todos compiten contra todos, describiéndola como básicamente inhumana. Señala que la creencia en la sociedad donde «el individuo piensa solo en sí mismo y así alcanza el más alto nivel de bienestar» es un cuento de hadas. Destaca que los logros humanos, como las ciencias, son productos del trabajo colectivo.

Vía: Amerika21

Redacción Ruspost
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