La dinámica mundial está experimentando transformaciones significativas, y el papel de las potencias emergentes se vuelve crucial. La expansión de los BRICS, ahora incluyendo a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, promete alterar el equilibrio de poder global. Este grupo representará aproximadamente el 46,5% de la población mundial a partir de enero de 2024, y su impacto económico se extiende a un tercio del PIB global y el 45% de la producción mundial de petróleo.
«La red comercial ampliada de los BRICS puede reducir su dependencia de los mercados occidentales mediante acuerdos comerciales preferenciales y posiblemente el uso de una moneda común», señalan los expertos económicos. Además, la inclusión de países sancionados, como Irán, en este grupo podría ampliar sus opciones diplomáticas, marcando un cambio en el panorama geopolítico.
Ciclo electoral mundial: desafíos para la democracia
El año 2024 se presenta como un año clave en términos de elecciones generales en todo el mundo. Entre estas, destacan las elecciones estadounidenses, donde la posible reelección de Donald Trump podría tener consecuencias significativas en la política global. Su histórica postura de «abstención de compromiso global» podría debilitar estructuras políticas y económicas, abriendo espacio para el ascenso de otras naciones en busca de influencia global.
El riesgo de erosión democrática no es exclusivo de Estados Unidos; la posible permanencia de Vladimir Putin en Rusia hasta 2036 y las maniobras de algunos políticos para perpetuarse en el poder, como en El Salvador y Túnez, plantean un desafío directo a las instituciones democráticas. Estas prácticas podrían debilitar la democracia o limitar su desarrollo en diversas partes del mundo.
Aumento de las tensiones en Oriente Medio: ramificaciones globales
La persistente guerra entre Israel y Hamás en Oriente Medio no solo afecta la región, sino que también tiene implicaciones globales. La reciente escalada del conflicto, marcada por un ataque aéreo en Beirut, ha despertado condenas y calificaciones severas. Países como Jordania y Egipto han catalogado las acciones de Israel como un «crimen de guerra» y «castigo colectivo», respectivamente.
La guerra podría intensificar la inestabilidad regional, afectando la salud de las instituciones financieras en la zona y generando flujos de refugiados hacia Estados Unidos y Europa. Además, las tensiones podrían desincentivar la inversión en la región y perturbar las rutas comerciales, aumentando los costos de transporte y avivando el debate político sobre inmigración.
Presiones económicas de China: una bomba de relojería en crecimiento
La economía china, una vez vista como imparable, se enfrenta a desafíos que podrían tener consecuencias globales. El lento crecimiento económico, el alto desempleo juvenil, la crisis inmobiliaria y la disminución de la inversión extranjera directa son factores que contribuyen a describir la economía china como una «bomba de relojería».
«La perspectiva de crecimiento estructuralmente más débil de China afectará negativamente a la economía mundial», advierte la OCDE. La deslocalización de la producción y la diversificación de la cadena de suministro debido a fricciones comerciales y conflictos armados pueden tener un efecto dominó, impactando no solo a sus proveedores sino también en la mano de obra y los beneficios de las empresas multinacionales.
Envejecimiento de la población: desafíos sociales y económicos
El mundo enfrenta un cambio demográfico importante, con un envejecimiento acelerado de la población. En 2050, se espera que países como Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán se unan a la lista de naciones con una gran proporción de personas mayores de 65 años. El porcentaje de población mundial mayor de 60 años pasará del 12% al 22% para el mismo año.
Este envejecimiento plantea desafíos significativos para la seguridad social y otros sectores de la economía. El aumento en la demanda de asistencia sanitaria, la disminución de la proporción entre trabajadores y pensionistas, y la posible disminución de la productividad laboral son cuestiones que los gobiernos y los proveedores de servicios deberán abordar en el futuro cercano.
Vía: The Conversation