La instalación nuclear más peligrosa del Reino Unido, Sellafield, ha sido hackeada por grupos vinculados a Rusia y China, según revela The Guardian.
En una investigación de un año titulada «Nuclear Leaks», The Guardian descubre que las autoridades desconocen cuándo se comprometieron los sistemas de IT.
Encubrimiento y gravedad del ataque
La sorprendente revelación y sus posibles consecuencias han sido sistemáticamente ocultadas por altos funcionarios de Sellafield.
El mal manejo de la situación ha complicado cuantificar la pérdida de datos y los riesgos continuos debido a la falta de alerta a los reguladores nucleares durante varios años.
Sellafield, con más de 11,000 empleados, fue colocada en «medidas especiales» el año pasado por fallas constantes en ciberseguridad, según fuentes en la Oficina de Regulación Nuclear (ONR) y servicios de seguridad.
El problema de servidores inseguros en Sellafield fue apodado «Voldemort» debido a su sensibilidad, revela un funcionario gubernamental vinculado a la investigación de la ONR.
Desafíos persistentes e incidentes embarazosos
Problemas cibernéticos han sido conocidos por altos funcionarios en Sellafield desde hace una década, según un informe de 2012 visto por The Guardian.
El informe advirtió sobre «vulnerabilidades críticas de seguridad» que necesitaban atención urgente. Más de diez años después, el personal y reguladores creen que los sistemas no son adecuados.
Se sospecha que ha habido un esfuerzo deliberado para ocultar la magnitud de los problemas de ciberseguridad a los funcionarios de seguridad.
El ciberataque y espionaje cibernético por Rusia y China son considerados entre las mayores amenazas para el Reino Unido, según funcionarios de seguridad.
La alarma por la participación china en la infraestructura crítica del Reino Unido ha llevado a exclusiones y cambios en relaciones diplomáticas.
