La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la conclusión de una era con la reentrada atmosférica del satélite Heritage ERS-2 sobre el océano Pacífico, específicamente entre Alaska y Hawái. Este evento, que no causó daños materiales, marca el fin de la misión de un satélite que, durante años, jugó un papel crucial en la observación de la Tierra. «Tenemos confirmación de la reentrada atmosférica del ERS-2 a las 17:17 GMT», indicó la ESA, subrayando la precisión con la que pudieron determinar el momento y lugar del acontecimiento.
Desde su lanzamiento en 1995, el ERS-2 fue un pionero en la observación de nuestro planeta, recopilando datos vitales sobre el cambio climático, incluyendo la disminución del hielo polar y el aumento del nivel del mar. Su importancia radica no solo en la cantidad de información recogida sino también en la calidad de esta, que ha sido fundamental para miles de científicos y proyectos de investigación. La ESA destacó que, a lo largo de su vida útil, el ERS-2 recorrió unos impresionantes 3.800 millones de kilómetros, un legado de conocimiento que perdura.
Así fue el regreso a la Tierra del ERS-2
La preparación para la reentrada del ERS-2 fue un proceso meticuloso. La ESA, consciente de los riesgos asociados con los desechos espaciales, redujo la altitud del satélite de 785 a 573 kilómetros para minimizar las posibilidades de colisión con otros satélites activos. Además, se tomaron medidas para asegurar que todos los sistemas potencialmente peligrosos, como baterías y sistemas presurizados, fueran vaciados o hechos seguros, y que los sistemas electrónicos fueran apagados. Esta planificación cuidadosa ayudó a asegurar que el satélite se desintegrara de manera segura al reingresar a la atmósfera.
La Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, junto a socios internacionales, supervisó la degradación orbital del ERS-2 y su reentrada, un proceso natural tras finalizar su misión. A medida que el satélite descendía a unos 80 kilómetros de la Tierra, comenzó a fragmentarse, con la expectativa de que la mayoría de los trozos se quemaran completamente. Sin embargo, el jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, Tim Flohrer, señaló que «el reingreso incontrolado a la atmósfera ha sido durante mucho tiempo un método común para deshacerse de objetos espaciales al final de su misión». Este enfoque ha permitido que, en los más de 67 años de vuelos espaciales, se manejen de forma segura miles de toneladas de objetos espaciales que reingresan a la atmósfera.
El ERS-2 no solo se distinguió por su contribución científica sino también por el enfoque responsable hacia el final de su vida útil. La reentrada del satélite destaca la importancia de gestionar los desechos espaciales y de llevar a cabo misiones espaciales con un plan para el final de la misión. La capacidad de la ESA para monitorear y controlar este proceso es testimonio del avance en nuestras capacidades tecnológicas y de nuestra creciente conciencia sobre la sostenibilidad en el espacio.
Fotografía: Ilustración del satélite Heritage ERS-2, lanzado en 1995. / ESA
Vía: Sinc