Reloj del juicio final en cuenta regresiva al desastre

El Reloj del Juicio Final o Reloj del Apocalipsis es un símbolo creado en 1947 por el Bulletin of Atomic Scientists para representar simbólicamente cuán cerca está la humanidad de provocar su propia destrucción. Desde su creación durante la Guerra Fría, ha servido como una llamada de atención sobre diversos riesgos existenciales.

No es un reloj normal, sino una representación conceptual del riesgo de catástrofe global. Refleja una analogía entre el conteo regresivo para una explosión nuclear y varias formas en que la ciencia y tecnología podrían provocar el fin de la civilización.

Reloj marca los minutos finales

El martes, este reloj fue fijado en solo 90 segundos antes de la medianoche, lo más cerca que ha estado nunca de ese fatídico momento que representa el fin de la civilización tal como la conocemos. La medianoche en este contexto simboliza el punto de no retorno.

La decisión de dejar el reloj tan cerca de la medianoche se basa en las preocupaciones actuales sobre la invasión rusa a Ucrania y el consecuente aumento del riesgo nuclear, el conflicto entre Israel y Gaza, la potencial carrera armamentista nuclear y la continua crisis climática. Todas estas amenazas podrían converger en una catástrofe global.

Busca generar conversación

Más que medir categóricamente esas amenazas, el propósito del reloj es fomentar conversaciones sobre temas científicos difíciles como el cambio climático. Representa una advertencia basada en el análisis de expertos.

Según Rachel Bronson, presidenta del Bulletin of Atomic Scientists, «la guerra en Ucrania plantea un riesgo siempre presente de escalada nuclear». Cualquier error de cálculo podría desencadenar una hecatombe de proporciones bíblicas.

Riesgos tecnológicos

El reciente desarrollo en inteligencia artificial también genera preocupación sobre cómo controlar una tecnología con el potencial de mejorar o amenazar la civilización. Los sistemas de IA podrían salirse de control y provocar efectos imprevistos.

Por otro lado, Bronson advierte que «la falta de acción sobre el cambio climático amenaza miles de millones de vidas y medios de subsistencia», ya que la Tierra ha experimentado su año más caluroso y fenómenos climáticos extremos se han vuelto habituales. Los desastres ambientales podrían volverse irreversibles.

Otras amenazas bélicas

Finalmente, el ataque en Israel y la guerra en Gaza «ilustran aún más los horrores de la guerra moderna, incluso sin escalada nuclear». Los conflictos convencionales tienen el potencial de globalizarse rápidamente. En resumen, las tendencias actuales apuntan peligrosamente hacia una catástrofe global.

Javiera Grendi
Javiera Grendi