Lúcido y enérgico: el regreso de Lu Jarpa a Conce

Escuchar a Lu Jarpa nunca tiene desperdicio, independiente de la “versión” en la que encontremos al compositor angelino. En esta ocasión, nos topamos con la inédita versión banda de su show, llamada, al menos por ahora, “Frecuencia Schumann”. Ellos lo escudaron con bajo (Catalina Aguilar), guitarra (Naiku) y baterías (Wilo Sepúlveda), además de su característico teclado que, entre sus peculiaridades, sazonó los intermedios de un espectáculo, presentado por el músico Diego Gómez. 

Estos, usualmente -en otros shows- se convierten en un silencio incómodo, lo cual no sucedió en esta ocasión, gracias a sus sonidos, cercanos a la musicalización de una “sitcom” y también a la propia personalidad de Lu(ciano), quien nos sumergió en un estilo dificil de describir; haré el intento. 

Estética indie con tintes latinos e incluso tropicales. Foto por Pablo Ortiz.

Digamos que fue, algo así como, indie pop-folk con tintes tropicales y latinos. ¿Tropicales? Pasa que, entre varias canciones de su show, Luciano introdujo versiones libres de clásicos latinos como “Baila Morena”, “Perfecta” (Miranda) e incluso un jingle publicitario de una telco (¿se acuerdan de Los Nadiens?). 

Me lo explico con que a veces sucede que descubrimos una canción y su tempo/beat/acordes nos recuerdan a otra, por lo que Lu Jarpa voluntaria o involuntariamente se hizo cargo de esto e introdujo estas reversiones como una sucesión de guiños entre sus canciones. Es mi interpretación y puedo estar equivocado, pero se convirtió en un gag recurrente durante el show, y nos encantó. 

Hablemos de canciones. Sucedieron “Constelaciones”, “Actriz”, “Luna”, “Sirena”, “Quiero” y “Verte de Lejos”, con “Cuando no estás” como bis, precedido épicamente por “Life on Mars” de David Bowie, en el entretiempo. Quiero detenerme en el estribillo de “Quiero”, que hasta este momento (un día después del show) lo tengo pegado. ¿Dije quiero muchas veces? “Quiero, quiero, no te quiero, quiero, quiero, no te quiiieeeeroooooo”. 

El teclado de Lu Jarpa jugó un rol protagónico. Foto por Pablo Ortiz.

Cerca de una hora de show, que se hizo corto. Esto gracias al histrionismo, simpatía y humor entregados por Lu Jarpa y Frecuencia Schumann, atípicos y necesarios en una escena que no está acostumbrada a “hacer show” en sus shows. Paradójico, ¿no?

Cabe mencionar que varios integrantes de Frecuencia Schumann tienen sus proyectos musicales propios en paralelo. Es el caso de Naiku, quien participa en la banda angelina «Neoplastiko», mientras que Wilo Sepúlveda estelariza «Concierto para Sordos».

Pablo Ortiz
Pablo Ortiz

¡Hola! soy Pablo Ortiz y me dedico al periodismo cultural. Tomo harto café y soy esclavo del FOMO. 24/7 me encuentras en tocatas, conciertos u obras de teatro.