Owen y Dolly Pope vivieron ocultos durante más de 15 años en Disneyland. Lo hicieron en una casita que pasaba desapercibida ante los ojos de millones de visitantes. De hecho, su casa estaba en el terreno del parque antes, incluso, de que se construyera el propio parque, que empezó a construirse en 1954 y abrió sus puertas en 1955.
Aunque el parque se fundó oficialmente en 1955, los planes para abrirlo al público comenzaron desde muchos años antes. Walt Disney y su hermano Roy buscaban que el parque fuera una experiencia al aire libre con animales, una iniciativa para la que necesitaban asesoramiento profesional. Esas personas fueron Owen y Dolly, que llevaban años dedicándose a realizar espectáculos ecuestres por toda California. En 1951, Walt Disney los vio en un espectáculo e inmediatamente les propuso que se fueran a trabajar al parque.
15 años viviendo en un escenario de cuento
La tarea principal del matrimonio era cuidar de los caballos que participaban en las cabalgatas y espectáculos del parque. Ante la necesidad de tener a alguien que se ocupara de ellos después del cierre, Walt Disney les ofreció la oportunidad de vivir dentro del parque, en una casa camuflada como parte del paisaje de Frontierland (la zona del parque ambientada en el oeste).
En 1971, Dolly y Owen se mudaron a Florida para supervisar la construcción de una atracción más de Disney en la que todo se centra en los caballos y en las películas en las que estos aparecen, como los corceles de la carroza de ‘Cenicienta’.
Aunque los Pope se jubilaron en 1975, a día de hoy el parque todavía conserva la casa que habitaron e, incluso, se puede saber cuál es porque cuenta con una placa conmemorativa como agradecimiento al matrimonio, por ser una de las piezas claves en los inicios de Disneyland.
¿Qué pasó con la casa?
Miles de visitantes paseaban por la casa día a día sin saber que era una casa normal y corriente.
Tras la mudanza a Florida quedó abandonada y no se volvió a ocupar más que para unas reuniones del personal. Llegó un momento en que se colocó un decorado que mostraba cómo vivían los Pope y se podía visitar a ciertas horas, hasta que llegó el momento de construir el megaparque de Star Wars.
Sin embargo, la casa no fue demolida, sino que se trasladó a un área cercana al parque que es de acceso público, pero en propiedad de Disneyland. En la fachada de la misma se puede ver una placa identificativa que cuenta la historia de los Pope y donde estaba ubicada antes.