En los últimos años, la esperanza de vida entre hombres y mujeres se ha equiparado

La ciencia, a lo largo de muchos años, ha centrado su atención en analizar la longevidad y explorar las razones detrás de las tendencias en la esperanza de vida.

Un reciente artículo publicado en la revista PLoS ONE destaca las mejoras observadas en la esperanza de vida en la mayoría de los países entre 1990 y 2010, señalando un envejecimiento progresivo de la población durante las últimas tres décadas.

Nuevos enfoques estadísticos en el estudio de la longevidad

El estudio, realizado por investigadores de España y el Reino Unido, emplea novedosos enfoques estadísticos para analizar la esperanza de vida al nacer, junto con otros ocho indicadores de mortalidad. David Atance, investigador de la Universidad de Alcalá de Henares, explica: «Hemos medido este fenómeno a través de nueve indicadores que capturan el fenómeno de la mortalidad y la longevidad desde perspectivas diferentes.»

Los resultados del estudio clasifican los países del mundo en cinco grupos en función de sus características de mortalidad y longevidad entre 1990 y 2010. Sorprendentemente, estos grupos no siguen únicamente trayectorias divergentes, sino que comparten aspectos comunes. Atance señala: «Varios países cambiaron de cluster entre los dos momentos, debido probablemente a guerras y condiciones socioeconómicas y políticas perjudiciales.»

Es relevante destacar que, aunque los grupos de países sigan trayectorias diferentes, tienden a agruparse alrededor de los continentes, con los países desarrollados destacando por sus mejores indicadores en términos de longevidad. Este hallazgo refuta la literatura anterior y proporciona una visión más clara utilizando menos indicadores.

El impacto en la brecha de mortalidad entre géneros

Uno de los cambios más significativos observados en la esperanza de vida entre hombres y mujeres está relacionado con la reducción progresiva de la brecha de mortalidad. Un aspecto interesante es la incorporación de malos hábitos tradicionalmente asociados a los hombres por parte de las mujeres. El consumo de alcohol, tabaco y otros factores no favorables contribuye a esta disminución de la brecha.

El estudio señala que la diferencia en la mortalidad entre hombres y mujeres se está reduciendo gradualmente. Aunque persiste una brecha global, se espera que la diferencia en la esperanza de vida entre ambos géneros, influenciada por trabajos con efectos perjudiciales en los hombres, disminuya. Sin embargo, persistirá debido al mayor riesgo de ciertas patologías que enfrentan los hombres.

¿Por qué la diferencia de género en la mortalidad disminuye?

Un dato interesante surge al analizar el impacto del cromosoma Y en la longevidad. Un estudio de 2022 destaca que la pérdida del cromosoma Y está asociada con un aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cardiacas, fibrosis y disfunciones cardiacas. Los hombres tienden a perder este cromosoma durante su proceso de envejecimiento, mientras que las mujeres no, lo que explica las mejores cifras de mortalidad/longevidad en ellas.

El modelo utilizado por los investigadores también se proyecta hacia el futuro, prediciendo agrupaciones en 2030 y confirmando la continuación de las tendencias actuales. Aunque se espera que las diferencias entre hombres y mujeres disminuyan, se prevé que persistan en el tiempo. Atance concluye: «En el futuro, pese a que estas diferencias entre hombres y mujeres puedan disminuirse, es de esperar que se sigan manteniendo.»

El trabajo, financiado parcialmente por la cátedra UB-Longevity Institute, destaca la importancia de considerar factores como la guerra, condiciones socioeconómicas y cambios en agrupaciones al analizar las tendencias de mortalidad y longevidad. Las proyecciones para 2030 sugieren que, aunque las diferencias entre géneros puedan disminuir, seguirán siendo una parte significativa de la realidad global.

Vía: Sinc

Redacción Ruspost
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