A pesar de no ser tan conocido como otros síndromes, el Síndrome de la Abuela Esclava es una realidad común entre mujeres maduras. Esta enfermedad, catalogada como grave por la Organización Mundial de la Salud desde 2001, afecta a aquellas mujeres que viven sometidas a una carga física y emocional abrumadora.
Este síndrome, poco diagnosticado, se vincula a un perfil psicológico y social específico. Por lo general, afecta a mujeres de mediana edad con un fuerte sentido del deber y responsabilidad, que silenciosamente enfrentan cargas familiares excesivas. Trabajos extra-domésticos, el cuidado de familiares enfermos y la acumulación de obligaciones son factores comunes.
El difícil diagnóstico
La dificultad en el diagnóstico radica en la negación de las pacientes respecto al estrés. A menudo, estas mujeres minimizan su malestar físico y mental, achacándolo a otras razones. La familia, por su parte, tiende a desconocer la situación, culpando a la abuela por «negarse» a delegar responsabilidades.
Usualmente en estos casos, la familia tiende a vivir ajena a esta situación y a camuflar la realidad, haciendo como única culpable a la abuela que se ‘niega’ a delegar responsabilidades.
El perfil de la Abuela Esclava
Diversos perfiles se asocian a esta afección: desde mujeres que cuidan sistemáticamente de sus nietos hasta aquellas que enfrentan excesivas responsabilidades familiares. La falta de libertad para tomar decisiones, la escasa vida social y el miedo a quejarse por represalias familiares son características comunes en quienes padecen este síndrome.
Efectos del síndrome
Los efectos de esta grave enfermedad se manifiestan tanto a nivel físico como psíquico. Hipertensión arterial, problemas metabólicos, cansancio extremo, ansiedad y pensamientos de suicidio son algunas de las consecuencias más habituales. La abuela esclava, atrapada en un ciclo de responsabilidades abrumadoras, experimenta un deterioro progresivo de su calidad de vida.
La persona con síndrome de la abuela esclava tendrá que, junto con el apoyo de los suyos y con el suyo propio, experimentar el cariño y la comprensión familiar para conseguir alcanzar el equilibrio entre las obligaciones asignadas y su fortaleza física y emocional.
Ayuda y soluciones
La clave para superar este síndrome radica en la implicación de la familia y el entorno cercano. Descargar de obligaciones a la persona afectada, sin menoscabar su autoestima, es crucial. El apoyo familiar y la comprensión son fundamentales para lograr un equilibrio entre las responsabilidades asignadas y la fortaleza física y emocional de la abuela.
El Síndrome de la Abuela Esclava es una problemática cada vez más frecuente en nuestra sociedad actual. Es imperativo concienciar a la sociedad y a los familiares para detectar cualquier indicio de este problema. La relación entre abuelos, hijos y nietos debe fortalecerse, procurando la felicidad de las abuelas sin sacrificar su salud.



