¿Cuál es el origen del Día de los Inocentes?

El Día de los Inocentes o Día de los Santos Inocentes es una festividad que se celebra cada 28 de diciembre en gran parte del mundo hispano. Se trata de una jornada donde tradicionalmente se realizan bromas y engaños de todo tipo, ya que según la tradición en este día se permite mentir y tomar el pelo sin consecuencias.

El origen cristiano de esta festividad

Pero, ¿cuál es el origen de esta curiosa festividad? Sus raíces se remontan a la época del rey Herodes en el siglo I después de Cristo. Según cuenta el Evangelio, cuando Herodes se enteró del nacimiento de Jesús, al que veía como una amenaza para su trono, decidió matar a todos los niños menores de 2 años que vivían en Belén. Esta masacre pasaría a la historia como la degollación de los Santos Inocentes.

La Iglesia Católica decidió establecer el 28 de diciembre como el día para conmemorar a estos inocentes asesinados por orden de Herodes. Con el paso del tiempo, esta trágica historia daría un giro insospechado hasta convertirse en un día de bromas y humor.

En la Europa medieval tenía lugar la festividad pagana conocida como la Fiesta de los Locos, celebrada en Navidad o Año Nuevo, donde se ridiculizaba a las figuras eclesiásticas y todo tipo de jerarquías y normas sociales. Esta festividad acabaría fusionándose con el día de los Inocentes y transformando su carácter lúgubre original.

Así, desde la Edad Media, el 28 de diciembre se convirtió en una fecha para gastar bromas y mofarse de amigos y conocidos. Esta tradición tardaría en arraigar entre las clases bajas, que seguían considerando el día como una jornada de luto por los niños fallecidos. Además, la Iglesia trataría de prohibir estas irreverentes festividades paganas sin éxito.

Ya en el siglo XIX, con el romanticismo, el Día de los Inocentes recuperó popularidad como fecha para la realización de inocentadas, una tradición que pervive hasta nuestros días. Diarios y medios de comunicación de todo el mundo hispano publican noticias falsas y engañosas cada 28 de diciembre y las bromas forman parte de la jornada en colegios, trabajos y reuniones familiares. Así pues, una antigua y trágica historia bíblica acabó convertida en un día para el humor y las risas en gran parte del mundo.

Teorías alternativas sobre el origen del Día de los Inocentes

Una teoría alternativa sitúa el origen de esta festividad en la antigua Roma. En concreto, en las saturnales que tenían lugar entre el 17 y el 23 de diciembre en honor al dios Saturno. Durante estas fiestas se producía un caos social en el que los roles se invertían, los esclavos se vestían como sus amos, se elegía a un falso rey y en general imperaba la licencia y la extravagancia.

Algunos expertos creen que cuando el cristianismo se instauró en Roma, la Iglesia decidió adaptar tradiciones paganas como las saturnales para facilitar su expansión. Así, la celebración en honor a Saturno pudo fusionarse con el día en recuerdo a los Santos Inocentes dando origen a esa especial “licencia” para mentir y gastar bromas en dicha fecha.

Otra teoría seña que la tradición provenía de algunos monasterios medievales en Francia. En ellos era habitual que se eligiera a un monje por sorteo para que ejerciera de falso abad durante un día. Durante esa jornada, el abad apócrifo podía dar órdenes extravagantes e incluso absurdas que el resto de monjes debían acatar siguiéndole la broma.

Sea como fuere, lo que sí parece claro es que la Iglesia jugó un papel decisivo para instaurar esta festividad que poco tenía que ver con el espíritu lúgubre de sus orígenes. Las procesiones burlescas, el nombramiento de falsos papas o la elección de niños como obispos dan buena muestra de ello. Así, con el paso de los siglos, la conmemoración a los Santos Inocentes derivó en el Día de los Inocentes o de los Santos Inocentes que hoy conocemos.

Redacción Ruspost
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