La humanidad enfrenta un cambio demográfico sin precedentes: la tasa de fecundidad global ha caído por debajo del nivel de reemplazo, generando preocupación en la comunidad internacional. Este fenómeno afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo, y tiene profundas implicaciones económicas, sociales y geopolíticas.
Un cambio histórico
Según estudios recientes, la tasa de fecundidad global se redujo a entre 2,1 y 2,2 en 2023, un nivel insuficiente para mantener la población estable. Países como China, Estados Unidos, Egipto y Kenia han reportado nacimientos significativamente menores a lo proyectado. Esta tendencia, descrita por expertos como Jesús Fernández-Villaverde como “el invierno demográfico”, podría marcar el inicio de una disminución poblacional global, algo inédito en la historia moderna.
Efectos en diversos sectores
La caída de la natalidad ya afecta sectores clave como la educación y el inmobiliario, y plantea serios desafíos para financiar la atención de una población envejecida. La falta de nacimientos impacta también el crecimiento económico y la sostenibilidad de los sistemas de pensiones. Por ejemplo, en Corea del Sur, el fondo de pensiones nacional podría agotarse para 2055 si no se realizan reformas.
Una transición cultural
Los cambios sociales, como el individualismo y la menor prioridad en el matrimonio y la paternidad, contribuyen a este fenómeno, conocido como “segunda transición demográfica”. Según Richard Jackson, del Instituto Global sobre Envejecimiento, la urbanización y el acceso a internet han acelerado este cambio cultural, reduciendo el número de hijos por familia en todo el mundo.
Respuestas gubernamentales
Varios países han implementado políticas para fomentar la natalidad. Japón ha lanzado incentivos como asignaciones mensuales para menores de 18 años y colegiatura gratuita para familias con tres hijos. Hungría ofrece exenciones fiscales de por vida para madres jóvenes y licencias de maternidad generosas. En Estados Unidos, la expansión de subsidios para cuidado infantil está en debate, aunque el aumento de la natalidad aún no es una prioridad explícita.
El desafío del futuro
La disminución de las tasas de natalidad plantea interrogantes sobre cómo las naciones adaptarán sus sistemas sociales y económicos a una población en declive. Mientras algunas potencias buscan soluciones innovadoras, el tiempo para actuar es limitado. Este cambio demográfico redefine las normas sociales, impulsando un replanteamiento global sobre el futuro de la humanidad.