Cinco nuevas especies de mamíferos fueron descubiertas en el sudeste asiático

Un equipo científico, con la participación destacada de la Estación Biológica de Doñana – CSIC, ha desvelado la existencia de cinco nuevas especies de gimnuros en el sudeste asiático.

Estos animales, emparentados con los erizos pero sin las características púas, han sido objeto de un estudio detallado que revela peculiaridades notables.

El desafío de describir nuevas especies

La descripción de nuevas especies de mamíferos es un acontecimiento inusual, especialmente cuando se trata de un grupo tan exhaustivamente estudiado. Arlo Hinckley, autor principal del estudio, subraya la singularidad de este descubrimiento. El proceso de identificación se apoyó en novedosos análisis genéticos y morfológicos aplicados a especímenes almacenados en colecciones científicas de museos.

Los gimnuros, pequeños mamíferos de la familia de los erizos, destacan por su ausencia de púas y su pelaje suave. Aunque comparten algunas similitudes con los erizos espinosos, como el hocico puntiagudo, difieren significativamente. Arlo Hinckley los describe gráficamente: «Sin las espinas de sus parientes, los erizos de pelaje suave se parecen a primera vista a una mezcla entre un ratón y una musaraña de cola corta».

Estas nuevas especies, pertenecientes al grupo de gimnuros conocidos científicamente como Hylomys, tienen un hábitat en el sudeste asiático y, hasta ahora, solo se conocían dos especies en este grupo. Estos pequeños mamíferos, según Hinckley, son criaturas activas tanto de día como de noche, siendo omnívoros y adaptándose a una dieta variada que incluye insectos, otros invertebrados y frutas en oportunidades especiales.

El investigador destaca la posible vida de estas especies, sugiriendo que podrían anidar en huecos y refugiarse mientras buscan comida entre las raíces de los árboles, troncos caídos, rocas y áreas de vegetación densa. Sin embargo, la falta de estudios profundos limita el conocimiento sobre los detalles de su historia natural, dejando preguntas sin respuesta sobre su comportamiento y hábitos.

La odisea de la investigación

El interés de Hinckley por este grupo de mamíferos se encendió en 2016, durante su tesis doctoral en la Estación Biológica de Doñana. Junto a Miguel Camacho Sánchez, coautor del estudio, muestrearon especímenes en Borneo, marcando el inicio de una investigación que revelaría datos fascinantes. Los preliminares análisis genéticos sugirieron la existencia de más especies de las reconocidas hasta el momento.

El Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano se convirtió en un escenario crucial para la investigación. Hinckley, junto a Melissa Hawkins, conservadora del museo especializada en mamíferos, rastrearon colecciones para completar datos geográficos de especímenes ya estudiados. La colaboración con museos fue fundamental para la identificación de nuevas especies, que habían permanecido ocultas durante décadas en cajones.

Aplicando técnicas genéticas modernas, el equipo identificó especímenes que habían permanecido almacenados durante 84 años en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano y 62 años en la Academia de Ciencias Naturales de la Universidad Drexel. Los análisis genéticos revelaron siete linajes genéticos distintos en Hylomys, indicando un aumento inminente en el número de especies reconocidas.

El estudio clasificó dos especies completamente nuevas, denominadas Hylomys vorax y Hylomys macarong, endémicas del ecosistema de Leuser en el sudeste asiático. Además, tres especies, anteriormente consideradas subespecies, fueron elevadas a la categoría de especies independientes: Hylomys dorsalis, Hylomys maxi y Hylomys peguensis. Cada especie revela características únicas, desde rayas oscuras hasta marcas en el pecho y pelajes distintivos.

El Hylomys macarong, bautizado por la expresión vietnamita “ma cà rồng” que significa “vampiro”, destaca por sus incisivos semejantes a colmillos. El papel de estos incisivos en la selección sexual es aún desconocido, pero su mayor tamaño en los machos sugiere un propósito específico. Cada especie presenta particularidades, desde marcas en el pecho hasta colas completamente negras.

Un paso importante para la conservación

La descripción detallada de estas nuevas especies no solo amplía el conocimiento científico sino que también se convierte en una herramienta valiosa para la conservación. Los hábitats amenazados, como el ecosistema de Leuser, podrían beneficiarse de decisiones informadas sobre la financiación de la conservación. Este tipo de estudios proporciona información clave para gobiernos y organizaciones dedicadas a la preservación de la biodiversidad.

La investigación contó con el respaldo crucial de instituciones como el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, el Ministerio de Economía y Competitividad, el Ministerio de Universidades de España y la Universidad de Harvard. La financiación proveniente de estas entidades fue esencial para llevar a cabo un estudio de tal envergadura, demostrando la importancia de la colaboración internacional en la investigación científica.

Vía: Sinc

Redacción Ruspost
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